A veces me pierdo,
me despisto, me extravío
entre las sombras
de mi ego.
A veces la cotidianidad
nubla mis mañanas,
tus tardes y nuestras
noches.
A veces pareciera
querer correr de mí,
de tí y del
mundo.
Refugiarme entre las flores
de una primavera
tardía
bañar mi cuerpo desnudo
del perfume de tus labios
sumergirme en la quimera
de la permanencia
y la no muerte.
A veces quisiera retroceder
el reloj
y vivir en el instante eterno
de los principios
en el dulce aroma de la rosa
vestida
con perlas de rocío
en el despuntar de la aurora
penetrando la mañana.
A veces me pierdo,
me despisto, me extravío
y entonces
te miro a los ojos
y recuerdo
que somos magia.
img:andriyko-podilnyk via-unsplash
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