La gran apuesta
- Marjah Muzey
- 26 jun 2020
- 1 Min. de lectura
Hasta ahora me he limitado a sobrevivir y lo he hecho a la sombra del miedo, buscando la comodidad de lo conocido, el confort del riesgo controlable. Pero ¿se le puede llamar acaso riesgo cuando conoces exactamente cada uno de los pasos a seguir?
He estado nadando en una pecera pequeña, sintiéndome reconfortada por el reflejo de lo conocido, dando vueltas y vueltas realizando el mismo recorrido. ¿Acaso se puede llamar a eso vida?
Es un ser y estar, o más bien sólo un estar físicamente pero sin esencia.
Por qué me he empeñado todos estos años en mantenerme así, dormida, obnubilada entre reflejos de un sol que no puedo tocar.
La vida es así del todo segura pero monótona, gris y desaborida. Y ahora duele más permanecer ahí, en ese estado de entresueños que lanzarme y fallar mil veces. Duele mas seguir viviendo con el sentimiento de vacío que con el alma llena de fracasos que fueron intentos, tentativas de valiente apostando por sí mismo.
Ahí esta la clave: “Apostar por uno mismo” creer en mí y creerme de verdad y no solo de boquilla. Confiar en mí y darme la oportunidad de darme a luz, de nacer a la Vida.

img:@danielle.macinnes via unsplash
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