-Quiero un amor lleno de pasión y calor.
-Pero Nubia eso no dura para siempre. Sabes que es una etapa transitoria la del amor pasional y que luego ese amor se transforma en otro mas calmado.- dice alguna voz dentro de mí.
Pero de alguna manera esa voz no me pertenece y me animo a revelarme, a levantarme contra ella.
-¡Pues no! Quiero liberarme de esa creencia social, pesimista, conformista, rancia... que no hace más que cortar las alas a mi alma. Quiero creer en la existencia de una amor palpitante que no perezca con el paso del tiempo. Un amor que me rasque la barriga, que haga crecer alas de mis tobillos, que me encienda por dentro y que me haga temblar. Que me inspire y estimule mi creatividad, que sea intenso, arrebatado, que queme… No pido que dure para siempre, sabemos que todo es efímero, pero sí que el tiempo que dure sea así. Da igual que sea un día, una semana, un mes, un año o una vida, estamos hablando de cualidad y no de cantidad. Soy consciente de que un amor así requiere de trabajo, de dedicación, de tiempo, de ganas... pero esa implicación, esa presencia activa es inherente a su esencia. Sería de locos desearse un amor así y una vez que lo has encontrado (y casi todos lo hacemos) echarse a dormir. Recostarse en el cojín de la comodidad o en las almohadas de la costumbre y esperar que el barco se navegue solo, que las verduras se remuevan solas en la sartén o que tu boca, así, por casualidad, se encuentre con la mía… pues entonces que mis almohadas sean punzantes y si me tengo que recostar sobre algo, que sea sobre ti.
Img: @ava.sol via unsplash
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